La gente de San Lorenzo fue un jugador más y el 'Ciclón' empató un clásico de película

"No apto para cardíacos" deberían poner como anuncio si el clásico en el Estadio Pedro Bidegain (Nuevo Gasómetro) hubiese sido una película. Tras un primer tiempo, donde ocurrió poco y nada y el duelo se volvía muy cortado, las emociones se guardaron para el complemento. Apenas pasado el primer cuarto de hora, el Globo, sin ser más, se puso en ventaja con gol de Ignacio Pussetto, pero su rival con uno menos compensó el aliento de la gente. Esta última fue un inyector anímico que le permitió creer hasta el final a San Lorenzo y tuvieron el premio más que merecido ante un rival que se dedicó a hacer tiempo.

La apertura del marcador se produjo a los 16 minutos del complemento por medio de Nacho Pusetto. Todo comenzó en un córner para el Globo, que despejó la defensa Azulgrana, con reclamos de una posible mano. Sin embargo, la jugada siguió porque en cuatro intentos los defensores locales no fueron capaces de revolearla lejos y después de tanto peloteo, Huracán insistió y el balón le quedó servido al mismo Pussetto, que no perdonó y fulminó al arco de Augusto Batalla, desatando el festejo Quemero y llegó a los 14 goles con la camiseta blanca. 

Si bien Huracán no era un dominador del partido como para justificar la ventaja parcial, a veces la jerarquía individual ayuda a compensar esas cuestiones y así ocurrió en un clásico que fue levantando temperatura dentro como fuera del campo de juego. De más está decir que El Ciclón estaba con uno menos por la correcta expulsión, previo al gol, de Gastón Hernández y el equipo, salvo por Malcom Braida, se mostraba impactado por el tanto rival y la hinchada quiso despertarlos con el "movete Cuervo movete".

Los dirigidos por Rubén Darío Insúa tenían que serenarse, saber que todavía faltaba demasiado y ser capaces de ver que la clave estaba a las espaldas del defensor Lucas Souto. Cuando peor la pasaba San Lorenzo porque el reloj corría, la gente del Ciclón se transformó en un jugador más alentando de forma ensordecedora sin parar y eso evitó que el equipo se cayera. El premio final fue el desahogo con el gol del empate.

Eran nueve los minutos agregados, el gol llegó de penal al octavo tras una clara falta del jugador Franco Alfonso, que bien cambió por gol Adam Bareiro. El árbitro Pablo Echavarría agregó más minutos y se jugaron en total 14 adicionales, pero la historia no cambió. En conclusión, Huracán se dedicó a hacer tiempo y se puso injustamente en ventaja, Sin embargo, San Lorenzo fue al frente y se lo empató con diez.