Boca dejó todo y estuvo cerca de la hazaña ante un Bayern que no perdonó

En una noche cargada de ilusión y tensión en el Hard Rock Stadium de Miami, Boca Juniors se plantó frente al poderoso Bayern Múnich y, aunque no logró quedarse con los tres puntos, se fue con la frente en alto tras caer 2-1 en un partido que exigió concentración, carácter y mucha resistencia. El gol de Miguel Merentiel le puso emoción a un duelo que en los papeles parecía inclinarse claramente hacia el lado alemán, pero que Boca supo pelear.

No era un desafío menor. Desde el primer minuto, Bayern dejó en claro sus intenciones y, con circulación rápida, movimientos coordinados y una presión que asfixiaba, comenzó a empujar a Boca contra su propio arco.

El primer golpe llegó a los 17 minutos tras una mala salida defensiva que terminó en los pies del inglés Harry Kane, que no perdonó y colocó la pelota junto al segundo palo. Apenas dos minutos más tarde, un nuevo avance por derecha terminó en un centro venenoso que cruzó todo el área sin que nadie lo conectara. Boca sufría y no lograba salir.

Durante más de media hora, el equipo argentino estuvo a merced del ritmo alemán. Sin embargo, en los últimos quince minutos del primer tiempo, Boca encontró aire. Kevin Zenón probó de tiro libre con un remate que Neuer controló sin problemas, y luego, tras un córner, Bayern salió de contra, pero Marchesín achicó a tiempo frente a Olise para evitar el segundo. Zenón volvió a inquietar con otro disparo bien contenido por el arquero alemán, y antes del descanso, el equipo argentino mostró algo de rebeldía.

El segundo tiempo mantuvo el mismo guión. Bayern dominaba la pelota, movía las piezas con tranquilidad y obligaba a Boca a retroceder. Sin embargo, el Xeneize ya no era el mismo del arranque y demostró que con decisión podía encontrar su oportunidad.

Y esa oportunidad llegó a los 65 minutos. Tras una recuperación en mitad de cancha, Boca salió rápido, filtró un pase preciso y encontró a Merentiel, que encaró con determinación, dejó en el camino al defensor y definió con categoría ante el achique de Neuer. Golazo. Un grito que retumbó en las tribunas y que por un momento hizo soñar a todos sus hinchas. La corrida de los suplentes al área para abrazar al goleador y el llanto en las tribunas resumió lo que significaba ese empate porque Boca estaba dando pelea.

Pero la alegría duró poco. Cuando el equipo buscaba ese segundo gol que le permitiera dar el gran golpe, Bayern volvió a marcar. A los 83 minutos, tras una serie de rebotes en el área, la pelota le cayó al destacado Olise, que remató junto al palo derecho de Marchesín, que voló pero no pudo evitar el 2-1.

En el cierre, el empate no llegó, pero lo que dejó el partido fue mucho más que un resultado porque Boca, que venía sin grandes actuaciones en el semestre, logró competir en serio contra un gigante del fútbol mundial. Supo sufrir, se animó a jugar y, por momentos, le discutió el partido de igual a igual a un equipo que no acostumbra a dejar espacios.

El desenlace complica las chances de clasificación a la siguiente fase para el equipo argentino y obliga a mirar de reojo el resultado entre Bayern y Benfica el próximo martes a las 16.