A falta de dos fechas para el final del Torneo Campeones del Mundo de la Primera Nacional, Villa Dálmine concretó su descenso después de nueve años a la Primera B Metropolitana. Fue tras la derrota contra Deportivo Maipú (Mendoza) en condición de local por 3-2. Matías Molina con su doblete hizo pelear a su equipo hasta el final contra uno de los animadores del certamen y jugándole de igual a igual. Pero, los tantos de Rubens Sambueza, Luciano Herrera y Marcelo Eggel, que ingresó desde el banco de suplentes, sentenciaron al Violeta.
Era lógico. Más allá de tener chances matemáticas hasta el día de hoy, el elenco de Campana estaba más que condenado hace tiempo. Era cuestión de este último para que fuese una realidad alejándolo de toda esperanza matemática. Así y todo, Los Violetas Campaneros se despidieron. Si bien intentaron hasta lo último, su pésima campaña les costó caro.
Apenas ganaron cinco de las 32 fechas disputadas, empataron las otras cinco y cayeron en las restantes 22. Con 54 goles en contra es la valla más vencida de la categoría y con 21 anotaciones a favor, es la delantera menos eficaz de la divisional. Viendo y considerando este panorama, era imposible no descender. A veces el fútbol tiene algo de justicia.
Sin mencionar que arrastran siete fechas seguidas sin victorias y de estas, perdieron seis; además en las mismas recibieron 16 goles, un detalle no menor es que los cinco triunfos fueron todos actuando como local en el Estadio El Coliseo de Mitre y Puccini (Campana, Buenos Aires).