A 48 horas de la final, se produjo una emboscada con gases lacrimógenos y balas de goma en Brasil

Clima caliente se vive en Brasil a 48 horas de la final perteneciente a la Copa Libertadores entre Fluminense y Boca. En los puestos para los hinchas que Conmebol dispuso en las playas de Copacabana, los mezcló a todos y obviamente el final fue el esperado: represión y violencia contra los simpatizantes argentinos y un sin fin de disturbios que empañan lo que debería ser una fiesta.

Los hinchas de Boca estaban haciendo su habitual banderazo en la previa del partido del año cuando la barra de Fluminense llegó y empezó a robarles pertenencias a los hinchas Xeneizes y lanzarse en manada a agredirlos. Muchos eligieron escapar de la situación porque había chicos y familias de por medio y esperaban a la policía que tardó 10 minutos en llegar, mientras en las playas se desataba una batalla campal con sillas y proyectiles que volaban por los aires. Algunos de los hinchas de Boca eligieron plantarse y se dieron los sabidos enfrentamientos.

Cuando la policía llegó empezó a reprimir con gases lacrimógenos, balas de goma y se llevó detenidos a hinchas argentinos que aparentemente habrían respondido a la agresión, mientras que otros habrían realizado gestos racistas para los brasileños. Gente que ha estado en el lugar le manifestó a este medio que los efectivos de allí son peligrosos y tienen una postura localista, por lo que los de Boca fueron los que peor la pasaron.