Unión y Tigre no pasaron del cero, entre polémicas y frustraciones

El Tatengue fue más, le anularon un gol con intervención del VAR, reclamó un penal no revisado y terminó con uno menos por la expulsión de Fragapane. Zenobio, figura clave en el arco visitante, sostuvo a un Tigre que también tuvo lo suyo y casi lo gana.

Unión y Tigre firmaron un empate 0 a 0 en la tercera fecha del Clausura que dejó poco margen para la indiferencia. Porque aunque el resultado final fue nulo, el desarrollo del partido distó mucho de serlo. Hubo intensidad, roces, decisiones arbitrales discutidas y una figura excluyente: Felipe Zenobio, el arquero visitante.

Desde el arranque, el conjunto santafesino mostró intenciones claras. Apenas iniciado el juego, un bombazo de Julián Palacios y luego otro remate a quemarropa de Franco Fragapane exigieron al máximo a Zenobio, que comenzaba a construir su noche consagratoria. La presión de Unión fue constante durante los primeros minutos, donde dominaba el trámite y acumulaba córners a favor. Mateo Del Blanco y Fragapane se hicieron cargo de cada envío, mientras Lucas Gamba batallaba en el área rival.

El primer gran punto de inflexión llegó a los 40 minutos del primer tiempo. Gamba convertía el 1-0 para Unión, pero el VAR intervino y Bryan Ferreira lo anuló por una supuesta infracción previa del delantero. La jugada generó protestas, desconcierto y un murmullo creciente en las tribunas. Unión siguió buscando y en el descuento del primer tiempo tuvo una nueva chance clarísima: cabezazo de Tarragona y atajada monumental de Zenobio, que evitó una vez más la apertura del marcador.

La tensión se trasladó al entretiempo, donde se registró un cruce entre Tarragona y Soto, con cachetada incluida del delantero tatengue. Si bien no pasó a mayores, el clima se cargó de electricidad.

En el complemento, el desarrollo se volvió más parejo. Tigre salió con otra actitud, más decidido a discutirle el protagonismo a su rival. A los 23 del segundo tiempo, Bruno Sosa tuvo el gol para el Matador con un remate potente que reventó el palo y silenció por un segundo a toda la cancha. Fue un aviso claro de que los de Dabove no se conformaban con el empate.

Pero el foco volvió a centrarse en el árbitro. A los 36 minutos, Unión reclamó una falta dentro del área similar a la que había invalidado su gol en el primer tiempo. Esta vez, el VAR no intervino. La indignación local fue inmediata. Casi en simultáneo, Fragapane vio la segunda amarilla y se fue expulsado, y así dejó a su equipo con uno menos en el tramo final.

Los últimos minutos fueron una mezcla de intentos desesperados y pierna fuerte. Cambios, amarillas por doquier y un Unión que, incluso en inferioridad numérica, no dejó de empujar. Tigre, por su parte, aprovechó los espacios para contraatacar, pero no logró capitalizarlo. El pitazo final llegó con gusto amargo para ambos. Unión lamentó las decisiones arbitrales, las chances desperdiciadas y la falta de eficacia. Tigre, aunque rescató un punto de visitante, se quedó con la sensación de que pudo ganarlo si afinaba la puntería.