Leandro Romagnoli, que ayer por la tarde renunció a su cargo como entrenador de San Lorenzo tras lo que fue el caliente empate contra Godoy Cruz en Mendoza pendiente por la continuidad de la tercera fecha, ya se marchó esta mañana de las instalaciones y muy temprano arribó para quitar sus pertenencias y despedirse de sus jugadores. No hubo ningún dirigente acompañándolo.
San Lorenzo está en llamas y en seis meses ya se cobró dos ídolos: Rubén Darío Insúa y ahora Romagnoli. El paso del Pipi por San Lorenzo fue bastante flojo: dirigió 26 partidos entre torneos locales, Copa Argentina y Copa Libertadores, en los que consiguió apenas siete triunfos, con nueve empates y sufrió diez derrotas. Balance: el 39% de los puntos disputados. Pero el hincha le reconoce que vino cuando no quería asumir nadie y que meses atrás quiso renunciar para no hacerle más mal al club y la dirigencia de Marcelo Moretti no lo dejó.
En lo que respecta a la tabla anual, se encuentra peleando la permanencia a ocho puntos del descenso y nadie quiere agarrar, tras el "NO" de Pablo Guede, empezó un sin fin en la típica danza de nombres y varios con diferentes estilos; algo que remarca y resalta el desorden dirigencial que comanda un club sin rumbo. Según trascendió en las últimas horas, el principal apuntado es Quique Setién (ex Barcelona), pero después aparecen otros nombres más terrenales como los de Néstor Gorosito, Julio César Falcioni, entre otros.
El partido que se continuó pendiente por la tercera fecha de Liga Profesional en Mendoza contra Godoy Cruz fue clave. No sólo porque debieron conformarse con el empate que a San Lorenzo no le sirve de mucho dadas las urgencias que tiene, sino porque el ex DT entendió que el equipo no le respondía, algo más marcado aún cuando Francisco Fidriszewski en la última jugada del partido con penal a favor, optó imprudentemente por picarla al medio y le dejó la atajada servida a Franco Petroli.
Esto no quedó ahí, sino que explotó incluso en el vestuario. Cuando el arquero Chila Gómez y Johan Romaña encararon al ex Newell's y tuvieron que separarlos a tiempo para que no pase todo a mayores; dirigencia ausente, vestuario roto, internas de grupo evidentes y jugadores no comprometidos con la causa, generaron hace tiempo el combo explosivo que derivó en la salida de otro ídolo que hoy se despidió.