Valentín Barco ha intensificado la presión para abandonar de inmediato las filas de Boca. Su salida parece inminente, ya sea a raíz de la atractiva oferta del Brighton (Inglaterra) o mediante la ejecución de la cláusula de rescisión, estableciendo así el cierre de una prolongada saga de conflictos contractuales en el club. El Colo ha tomado una posición firme, dejando en una encrucijada al presidente Juan Román Riquelme.
La determinación de Barco implica que no volverá a vestir la camiseta de Boca, colocando a Riquelme entre la espada y la pared. Aunque estuvo presente en el predio, donde se hizo los estudios médicos, saludó al director técnico Diego Martínez y después se fue a reincorporarse a la Selección Argentina Sub 23, queda por definir si continuará su preparación para el Torneo Preolímpico de Venezuela o se dirigirá a Inglaterra.
A pesar de que la posibilidad de su salida se había discutido durante los últimos seis meses, con ofertas anteriores del Brighton y sondeos del Manchester City, Barco había optado por quedarse para disputar la Copa Libertadores. No obstante, ahora ha tomado la decisión de abandonar el club de manera definitiva, comunicando a Román y al Consejo su disposición de ejecutar la cláusula de 10 millones de dólares si la oferta del equipo inglés no es aceptada.
Esta drástica decisión surge al constatar que Boca no estaba dispuesto a aceptar la propuesta de 9 millones de dólares por el 90% del pase, lo que habría frustrado su transferencia al fútbol europeo. En cambio, el club buscaba retenerlo mediante una renovación de contrato que lo convertiría en uno de los jugadores mejor remunerados del plantel.
La relación conflictiva entre Barco y Boca, marcada por su debut en 2021, su período sin jugar hasta la llegada del entrenador Jorge Almirón en abril de 2023, y la aceptación de renovar por un año con la mencionada cláusula de salida, ha contribuido a que el futbolista optara por marcharse inmediatamente.
Ante esta situación, la presión ejercida por Barco no ha sido bien recibida en el Búnker de Ezeiza. El club, reacio a ceder fácilmente, no planea aceptar la oferta del Brighton a menos que sea mejorada y se considere beneficiosa. De hecho, se anticipa que se pondrán obstáculos en el proceso. La ejecución de la cláusula, depositando los diez millones de dólares antes del martes 9 de enero, parece ser la única opción si no se llega a un acuerdo.
La ventaja para Boca en negociar con Brighton, donde previamente jugó Alexis Mac Allister, radica en retener un porcentaje de una futura venta, aunque la propuesta de los nueve millones podría ser a plazos. Por otro lado, la cláusula implica el pago total en el momento, sin perspectiva de porcentajes a futuro.
A pesar de las dudas sobre la disponibilidad del Brighton para realizar el pago, Barco ha dejado en claro su firme intención de partir. La resolución final está programada para el martes, pero Valen ya está preparado para zarpar hacia nuevos horizontes.