Gimnasia aguantó la tormenta en Santa Fe y se metió en los cuartos

El Lobo venció 2-1 a Unión en el 15 de Abril y avanzó a la próxima ronda, donde se medirá con Barracas Central. Panaro y Enzo Martínez marcaron en un primer tiempo letal; Tarragona descontó, pero no alcanzó.

Gimnasia en Santa Fe, por los octavos de final del Torneo Clausura, derrotó 2-1 a Unión y obtuvo un boleto a los cuartos de final, donde lo espera Barracas Central. Fue un triunfo de carácter, de esos que se firman con los dientes apretados, y que confirman el crecimiento del equipo dirigido por Fernando Zaniratto.

La noche empezó con un Tatengue dominante, el 15 de Abril empujaba, Unión manejaba la pelota y encadenaba remates desde todos los sectores. Sin embargo, en medio del control territorial, apareció el golpe inesperado. A los 17 minutos, Manuel Panaro presionó alto, encontró un rebote en la medialuna y definió con frialdad para el 1-0. Fue el primer impacto de un Gimnasia que, hasta entonces, casi no había pisado el área rival.

Lejos de reaccionar, Unión se desordenó y el Lobo aprovechó la confusión. A los 23 minutos, Enzo Martínez capitalizó un ataque rápido y sentenció el 2-0 con un derechazo bajo, silenciando a un estadio que no podía creer lo que veía. La efectividad del visitante contrastaba con la ineficacia del local: Unión cerró el primer tiempo con 11 remates y más de 160 pases correctos, pero sin claridad en los últimos metros.

Para el complemento, Leonardo Madelón movió el tablero: mandó a la cancha a Palavecino y reorganizó el mediocampo. El efecto fue inmediato, a los 8 minutos, Cristian Tarragona capturó un rebote dentro del área y descontó para el 2-1 que reavivó la esperanza rojiblanca.

Unión acumuló situaciones: remates de media distancia, centros cruzados, dos mano a mano que Insfrán resolvió con solvencia y un cabezazo apenas desviado de Palacios. El Lobo, mientras tanto, se defendía con uñas y dientes, multiplicando esfuerzos con sus cinco cambios y sosteniendo la ventaja con una mezcla de orden, fortuna y sacrificio colectivo. Las estadísticas lo decían todo: 60% de posesión para el local, 23 tiros al arco contra apenas 7 de la visita, y una presión constante que obligó a Gimnasia a jugar cada pelota como si fuera la última.

El tramo final del partido estuvo cargado de tensión, Zaniratto reforzó la defensa con Conti y Briasco, mientras que Unión buscó desesperadamente el empate. Las amarillas comenzaron a caer de los dos lados, y cada avance tatengue encontraba algún rechazo salvador o un cruce oportuno. Unión terminó acorralando, pero Gimnasia nunca se quebró.

El Lobo, con un triunfo trabajado, eficaz y sufrido, ya está en los cuartos de final. Lo espera Barracas Central en otro duelo que promete emociones fuertes.