
Kimberley volvió a dar un golpe sobre la mesa y derrotó 2 a 0 al puntero Cipolletti en condición de visitante por la decimoquinta fecha, del Torneo Federal A y se metió, al menos por ahora, entre los cuatro primeros del grupo.
El plan del "Dragón" fue claro desde el pitazo inicial: presión alta, circulación paciente y un bloque compacto para que Cipolletti no pudiera explotar su arma preferida, la transición rápida. A ese dominio inicial lo coronó con un penal que generó discusión: Castillo fue sujetado dentro del área, cayó y el árbitro no dudó. Santos Bacigalupe se hizo cargo y no perdonó desde los doce pasos.
El gol no cambió la postura visitante, porque lejos de replegarse, Kimberley siguió de la misma manera como en el 0-0, mientras los rionegrinos caían en la trampa del pelotazo largo, bien controlado por una defensa sólida comandada por un Mateo Rinaldi en estado de gracia. Y como premio a ese momento de claridad, llegó el segundo. A los 19 minutos, Mauricio Miori capturó un rebote corto en el área chica y estampó el 2-0 que desató el delirio del banco marplatense.
El complemento mostró otra cara de Cipolletti, más decidido y con mejores intenciones, pero sin la lucidez necesaria para inquietar a un Kimberley que mostró una versión seria, ordenada y comprometida. Los cambios del entrenador Mariano Mignini sirvieron para refrescar piernas y sostener la ventaja sin sobresaltos, incluso cuando el rival sumó gente en ofensiva y empujó con el aliento de su gente.
La victoria, además de representar un envión anímico importantísimo, le permite al conjunto marplatense trepar al cuarto escalón de la tabla, un sitio que hoy lo tendría clasificando a la próxima ronda. El desafío que viene también se tiñe de obligación: el próximo fin de semana, en el José Alberto Valle, deberá ratificar este momento cuando reciba a Sol de Mayo, el colista del grupo.






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