En el Estadio José Amalfitani (Liniers, Buenos Aires), Vélez se impuso como local por 2-0 ante Huracán y se consagró campeón del Torneo Betano de la Liga Profesional de Fútbol. Claudio Aquino y Damián Fernández anotaron los tantos del encuentro. Era un partido clave por ambos lados, por aquel recuerdo en 2009 con aquella definición del título, porque El Fortín también arrastraba para este partido el peso de la final perdida de la Copa Argentina frente a Central Córdoba de Santiago del Estero, pero no supo jugar con eso la visita, que hoy estuvo desconocida y jamás intentó imponerse o torcer la historia.
A los 21 minutos del primer tiempo, se produjo la ocasión más clara para el dueño de casa que obligó a una espectacular salvada del arquero Hernán Galíndez para el Globo, tras un tiro dentro del área de Claudio Aquino que tranquilamente podría interpretarse como un penal en movimiento. Esa ocasión envalentonó más al local que en la acción siguiente tuvo un tiro libre cercano al área y empezaba a arrinconar a los de Frank Darío Kudelka en su área.
A los 29 minutos del primer segmento, el Fortín justificó la supremacía en el campo de juego, anotando el primer gol del partido por medio de Aquino recibiendo en el medio del área y probando con un primer intento contenido por Galíndez, pero el ex Unión no desaprovechó el rebote, para concretar su noveno tanto por esta campaña liguera. En primera instancia, había sido anulado por una posición adelantada, pero desde el VAR lo validaron y Vélez acariciaba el campeonato, aunque faltaba mucho, pero estaba permitido soñar porque sabía que Los de Gustavo Quinteros dependieron siempre de sí mismos. Si ganaban, no importaba nada lo que ocurriera en otra cancha entre Talleres y Newell's y eso estaba pasando.
La historia se definió al minuto 40 con el segundo del Fortín por medio del zaguero Dami Fernández. El anfitrión hizo rápido un tiro libre a su favor, tocando al extremo zurdo y de allí llegó el centro para el pibe que definió de cara a la red. El marcador decía 2-0, pero la supremacía de Vélez en cancha parecía mucho mayor. Por su parte, Huracán era un conjunto de desconcierto y nerviosismo, aunque Kudelka pedía tranquilidad y sus dirigidos no le hacían caso.
En el complemento, cuando el reloj señalaba los 13 minutos, el destino le sonreía a Vélez porque llegaba desde Córdoba la noticia del gol de Newell's, que vencía a Talleres por 1-0. A esta altura, la tabla del campeonato ubicaba a los de Liniers punteros y campeones en soledad en la tabla con 51 puntos contra los 48 de Talleres, mientras que Racing y el Globo completaron, con 46, el podio. Más tarde se comentaba el empate parcial de La T en el otro partido, pero a los 37 otra vez se ponía arriba La Lepra (2-1) y daba otro paso más a Vélez al título, encima después concretó el tercero el Rojinegro. A esta altura lo de Córdoba era sólo una anécdota, ya que la historia estaba sentenciada.
Huracán no ponía resistencia y parecía que podría jugar mucho tiempo más, que no lograría ni siquiera descontar y dejó una muy pobre imagen. Fue final, triunfo y consagración de los dirigidos por Quinteros, que después de tantas alegrías y angustias, hoy vivieron un día que guardarán por siempre, como sus hinchas.